miércoles, 6 de enero de 2010

¿QUE NOS FALTA?

“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Filipenses 4:19).
Era común, en Grecia antigua, vendedores ambulantes caminen por las calles con sus mercaderías, gritando: “¿Qué les falta?” Su objetivo era mostrar a todos que ellos estaban en los alrededores y también despertar la curiosidad de todos, para que saliesen de sus casas y fuesen a ver lo que ellos tenían para vender. Podría ser algo que necesitaban o algo que podrían anhelar tener. “¿Cuál su necesidad?” Ésta podría ser una pregunta qué deberíamos hacernos . ¿Qué nos falta? Hagamos una evaluación de nuestras vidas. ¿Estamos plenamente satisfechos? ¿Hemos mantenido una relación íntima con Dios para recibir su dirección y fuerza?
¿Hemos sentido paz en el corazón? Cristo puede suplir nuestras necesidades — tanto materiales, como físicas y, principalmente, las necesidades profundas de nuestros corazones y de nuestra alma. (Harold H. Lentz)
¿Qué nos falta? ¿Cuál es el real motivo de nuestra insatisfacción? ¿De que necesitamos para que este nuevo año, que está comenzando, sea el año de la “gran mudanza” de nuestras vidas? ¿Que pediríamos, sin titubear, a Dios, para que fuésemos verdaderamente felices?
No podemos pasar más un día siquiera sin contestar ésa pregunta. Nuestros pasos serían desanimados, sin dirección, sin la certeza de dónde ir y cuando llegar. Necesitamos colocar nuestras vidas delante de Cristo y, confesar, con sinceridad, lo que nos falta es una íntima comunión con Él. Necesitamos decirle que no podemos vivir sin su amor, sin su gracia, sin su unción, sin la certeza de que estemos ligados totalmente en él.
Salgamos de nuestros capullos de intereses, de nuestros caminos tortuosos, de nuestra indiferencia, de nuestra rebeldía. Él no es un vendedor ambulante — Es el Dios Todo Poderoso, el Señor de señores, y está preguntando a todos nosotros: “¿Qué les falta?”
Agarre firmemente Su mano y responda: “¡Ahora no falta más nada!”

Agradezco sus comentarios a balmore@radiocret.net o en nuestro libro de visitas en www.radiocret.net

COMO SER CRISTIANOS DIFERENTES


Nunca te olvides del llamado que Dios te hizo. hay un llamado“general” (la “Gran Comisión”), pero también del llamado específico que sabes tienes de parte de Él
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“El Señor se dirigió a mí, y me dijo: ‘Antes de darte la vida, ya te había yo escogido; antes de que nacieras, ya te había yo apartado; te había destinado a ser profeta de las naciones’. Yo contesté: ‘¡Ay, Señor! ¡Yo soy muy joven y no sé hablar!’ Pero el Señor me dijo: ‘No digas que eres muy joven. Tú irás a donde yo te mande, y dirás lo que yo te ordene. No tengas miedo de nadie, pues yo estaré contigo para protegerte. Yo, el Señor, doy mi palabra’. Entonces el Señor extendió la mano, me tocó los labios y me dijo: ‘Yo pongo mis palabras en tus labios’”. (Jeremías 1.4-10a – DHH).
Voy a ser breve y directo, ¡como me gusta ser cuando hablo con personas con las que tengo confianza! Con un corazón sensible y lleno de pasión permíteme por favor compartirte algunos consejos para vivir a Cristo desde tu juventud y lograr servirle cada día de tu vida.
Nunca te olvides del llamado que Dios te hizo. Por supuesto, el llamado “general” a todos Sus hijos e hijas (la “Gran Comisión”), pero también del llamado específico que sabes – ¡sabes! – tienes de parte de Él.
Presta mucha atención a la gente que te rodea y lo que te dicen. Es de sabios pedir y recibir consejos. Pero sin embargo nunca permitas que dichas palabras – humanas al fin – interfieran tu decisión de seguir y obedecer al Señor. Porque algunos podrán decirte: -“Dios no te llamó para hacer tal cosa”, y otros quizás insistirán: -“Estás perdiendo el tiempo”. ¡A veces me pregunto qué le hubieran dicho estas personas a José durante sus años de “oscuridad”, entre los sueños y su cumplimiento! ¡Qué hubiesen dicho de Jesús, entre sus doce años de edad y el comienzo de su ministerio, 18 años después! ¡Cómo hubieran tratado al recién convertido Saulo, luego llamado “Pablo”, los años que estuvo en el desierto! Por eso, recibe consejos de hombres y mujeres del Señor, pero sobre todo – ¡sobre todo! – aprende a escuchar y ser fiel a la voz de Aquél que te llamó.
También es importante que sepas que si Jesús te llamó a servirle, Él te dará lo que necesites para obedecerlo y llevar a cabo lo que te haya pedido (1 Tes. 5.24)¡Nada podrá cambiar esta verdad! Entonces, ¿por qué a veces le das tanto lugar a la ansiedad? (me identifico contigo, pues la ansiedad a veces me invade y controla mis decisiones, por lo que urgente debo recordarme a mí mismo que estoy haciendo lo que hago porque Él me llamó).
Por favor, te aconsejo y te animo – ¡por eso decidí escribirte! – a no abandonar lo que Dios te ha pedido que hicieras. ¡Sigue adelante! Porque aquellos y aquellas que perseveran, lograrán la victoria.
Tengo la convicción que Dios me movilizó a escribirte. No sé cómo te llamas ni en qué parte del mundo te encuentras. Pero lo que importa es que nuestro Señor y Rey, el Único capaz de transformar nuestro mundo, Aquél precioso Salvador que dio Su vida en la cruz y resucitó de entre los muertos, te ama, te escogió y tiene un propósito claro para ti. ¿Qué esperas, entonces, para obedecerle, levantarte y servirle?
Tu hermano en Cristo: Herberth Balmore Alvarado balmore@radiocret.net